¿Qué son las emociones?
Cada una de ellas tiene una función determinada, pero en general, las emociones tienen tres funciones: la función adaptativa, motivacional y la función social o comunicativa.
Las emociones están formadas por tres componentes:
Componentes cognitivos
Se refiere a la forma en la procesamos la información y a la forma en ese procesamiento nos influye a la hora de hacer frente a diferentes situaciones.
Componentes fisiológicos
Referidos a los cambios que ocurren de forma involuntaria en el sistema nervioso autónomo y endocrino. Estos cambios generan variaciones en el ritmo de la respiración, en la presión saguínea, en el tono muscular, dilatación de las pupilas, etc.
Componentes conductuales
Son aquellos que reflejan la emoción en el exterior: el tono de voz, los gestos corporales, la expresiones faciales, etc.
Emociones primarias y secundarias
Dependiendo del autor encontramos de 4 a 6 emociones básicas o primarias: la tristeza, el miedo, la alegría, la sorpresa, la ira y el asco.
Estas emociones son expresiones innatas con una función adaptativa, ya que permiten que reaccionemos de un modo concreto ante la aparición de ciertos estímulos.
Las emociones y su función.
En este apartado describiré las emociones primarias y sus funciones ya que, como he mencionado anteriormente, las emociones secundarias derivan de las primarias.
Tristeza
Miedo
Alegría
Sorpresa
Ira
Asco
Ninguna emoción es positiva o negativa por sí misma, pues en principio aparecen para generar una reacción adecuada ante la situación que afrontamos.
Lo que sí es cierto es que podemos diferenciar entre las emociones que son más deseables experimentar y a las que todos llamamos positivas, debido a la valencia afectiva que esas emociones positivas generan. Y emociones que por su valencia afectiva, son menos deseadas y a las que llamamos negativas.
Sin embargo, esa función primitiva o instintiva que tienen las emociones, puede verse afectada por las variables personales de cada uno de nosotros en función las creencias, expectativas, aprendizajes o formas en las que procesamos la información que nos rodea.
Puede darnos asco un puré, la gelatina o determinados alimentos, texturas o sonidos pero eso no significa que el asco en ese caso nos esté protegiendo de una infección. En este caso el asco aparece por aprendizaje, ya sea porque vimos a alguien enfermar o enfermamos nosotros mismos al comer un alimento concreto, que podría no ser el alimento en sí, sino las condiciones del alimento. En este caso, esa emoción tendría una función protectora pero no adaptativa, ya que estamos trasladando lo que ocurrió en una ocasión por vete a saber realmente qué causa, a la situación presente en la que seguramente, ese alimento no provocara ninguna enfermedad.
En cambio, si nos encontramos con una fruta o cualquier plato preparado al que le ha salido moho, el asco sería completamente normal y cumpliría la función de rechazo que evitaría el consumo de ese alimento y la posible aparición de una enfermedad.
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